El masaje ha tenido una larga evolución a lo largo de
la historia, y sigue evolucionando. Por ello no daremos el siguiente listado
como definitivo pero sí como el más ajustado a la realidad a partir de la investigación
en anatomía y fisiología humana. Con esto queremos decir que lo que hoy se
considera contraindicado en un futuro también puede ser objeto de beneficio del
masaje. En cualquier caso es muy importante contar con un diagnóstico médico
previo al tratamiento cuando la dolencia sea severa. Los profesionales de la
salud tenemos diferentes competencias y cada especialidad tiene sus
herramientas.
En la gran mayoría de los casos el masaje nos aportará relajación y serenidad por lo que está muy indicado ante casi todas la afecciones. Aunque no se actúe sobre la zona especialmente afectada el resto de nuestro cuerpo y nuestro estado anímico mejorarán.
Trastornos del aparato locomotor: Pesadez de piernas, sensación de hinchazón o
sobrecarga, molestias musculares...
Trastornos en
el sistema nervioso: Stress, agotamiento, insomnio,
nerviosismo... En estos casos el masaje es una herramienta fanstástica para
favorecer la relajación.
Trastornos en
el sistema circulatorio: Deficiencias en la circulación de
retorno tanto venosa como linfática, hinchazón de las piernas, edemas en fase
de absorción, retención de líquidos, sobrecarga....
Trastornos del
aparato digestivo. Con técnicas de masaje se puede ayudar a
un mejor funcionamiento favoreciendo el tránsito intestinal.
Trastornos
diversos. A nivel de la piel, mejora su aspecto y
estructura, estimula la circulación y favorece la oxigenación de los tejidos.
¿Cuándo no debería darme un masaje?
Nunca se debe
recibir un masaje en una zona de reciente inflamación. Se ha activado un
proceso inmunológico y además los tejidos son muy sensibles. Hay que esperar a
que pase la fase aguda. ¡Solo son unas horas. Paciencia! Después se puede, y debe, trabajar con masaje para
eliminar la inflamación residual.
Siempre que
haya fiebre está contraindicado porque esta cursa con elevación de temperatura
corporal y el masaje incrementaría aún más esa temperatura.
Alteraciones hemorrágicas graves, para evitar
infecciones. Tampoco en flebitis, tromboflebitis y linfagitis.
Fracturas óseas no consolidadas. Debemos esperar al menos 3 semanas para empezar a
actuar. Aunque nos parezca que el hueso ya se ha recuperado debemos tener en
cuenta que la consolidación empieza de afuera hacia adentro. Hay que darle algo
de tiempo. Luego es muy aconsejable masajear.
Cardiopatías descompensadas, reumatismos en su fase aguda, afecciones tumorales y cáncer, en fase de quimioterapia.
Enfermedades infecciosas de la piel tales como
hongos, herpes, etc...
Embarazo: no se debe practicar hasta el tercer mes de
gestación.
Ante cualquier duda, la mejor decisión es consultar a
su médico, él le indicará la mejor solución para su problema.
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